La rutina ya no es la misma. Los cambios han sido fuertes en este año y apenas llevamos 15 días. Ya no me levanto pensando en mí ni en mis cosas. Ya no me levanto pensando en lo que dejé ir, no. Me levanto pensando en lo que tengo, en lo mucho que me gusta sentirme tan tonto, en lo mucho que me gusta besar mi dedo índice cada mañana con un "buenos días" y cada noche con un "buenas noches, te quiero".
¿Has oído hablar de las pintas? Dicen que los primeros 12 días del año demuestran como va a pintar cada mes.
En el 9no día, me llegó el amor... ¿será que así pase en el 9no mes? No quiero un mes ni tres, no quiero siete ni nueve, quiero miles de meses con vos.
Con vos estoy creciendo, creciendo mucho. Lentamente me voy dando cuenta de que la vida a veces es muy distinta de lo que pensamos. Por un momento descifré en tus ojos amor, ahora, sólo veo inseguridad.
¿Qué nos pasa? No es que estés inseguro, es que ahora ambos lo estamos. Es que ya me da miedo crecer, como el niño que cayó de la bici. Si, así aprendí yo, cayendo, me levanté y lo logré, mantuve el equilibrio, pero no quiero caer de esta bici y golpearme, aunque veo que, durante el poco camino que llevamos, ya vas tambaleándote.
Entonces, ¿seguimos? Es decir, ¿te sigo?
Ya nacimos, estamos creciendo y desarrollándonos... ¿será que morimos tan pronto? ¡Morimos de amor... y no hacemos nada!
Ahora, no sé en que pienso. Sé que pienso en vos... pero no sé de qué forma. ¿Te lográs adaptar a mi? Hacelo... Porque mi corazón quiere adaptarse a vos, mi vida quiere tomar tu forma, mis labios quieren tener tus iniciales grabadas en cada palabra que digo, en cada una de las que sale de mi boca.
Nuestro futuro es incierto sí... Y eso es lo que me da más miedo: la incertidumbre.
Sigamos amor, sigamos. No queda otra opción. Rendirse nunca ha sido lo mío.
Amarte es mi opción y tu felicidad, mi horizonte.
viernes, 15 de enero de 2010
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